Hoy despedimos a Carmen Igal, una gran mujer y un referente para la comunidad sorda en Navarra.
Destacaríamos de ella su trabajo, dedicación, humildad y voluntad.
Trabajo incansable, por y para la Comunidad Sorda, priorizando la educación sobre otras materias, al ser consciente de su importancia en el desarrollo personal, social y laboral de las Personas Sordas. Carmen centraba sus esfuerzos en conseguir los recursos adecuados para llevar a cabo las acciones asociativas mediante el diálogo con instituciones y organismos, convirtiendo la “discapacidad invisible” en visible y palpable a los ojos de todos aquellos, (políticos, técnicos o burócratas) que la escuchaban. Su liderazgo tuvo consecuencias fundamentales en la Asociación, ya que bajo su buena gestión se consiguieron tanto infraestructuras (los locales, por ejemplo) como recursos materiales y humanos.
Dicha gestión, tan positiva, se basaba en su gran capacidad para detectar las necesidades de las personas sordas, y la promoción efectiva de programas específicos basados en solventar dichas carencias. En este sentido, Carmen realizó una labor excepcional.
Su trabajo no conoció límites geográficos, puesto que también lo desarrolló en el País Vasco y en Madrid, ni se restringió a un solo ámbito, puesto que participó activamente en cultura, educación, difusión y enseñanza de la Lengua de Signos de España y la Pastoral del Sordo.
En este mismo sentido, se convirtió en un referente del movimiento, no ya de personas Sordas, sino de personas con discapacidad dentro de la Comunidad Foral de Navarra.
Su dedicación hacia la Comunidad Sorda comienzó hace más de 45 años, cuando entró a formar parte de ASORNA.
La humildad formaba parte de sus virtudes personales, la conviertía en una mujer cálida de trato y cercana a los demás, con voluntad por hacer todo lo que estaba en su mano por ayudar a mejorar la vida de las personas sordas.
Nuestro más sentido pésame a toda la familia.
A partir de las 16.30h de esta tarde, se encuentrará en el Tanatorio San Alberto, c/Ermitagaña 2.
Mañana tendrá lugar la incineración y posterior funeral, a las 19h en la Parroquia de San Francisco Javier de Pamplona, c/ Olite 9.
